1. Sumerge las almejas en agua con un poquito de sal al menos 2 horas, cambiando el agua cada 30 minutos o al menos un par de veces. Descarta las almejas abiertas o rotas.
2. Pica la cebolla y los dientes de ajo.
3. Pocha a fuego medio-alto (nivel 6 sobre 9) la cebolla con sal en una sartén con un buen chorro de aceite.
4. Cuando transparente la cebolla, añade a la sartén los dientes de ajo.
5. Una vez dorados, añade a lo anterior una cucharada de harina y remueve para integrar y que no se queme durante 1 o 2 minutos.
6. Añade el vasito de vino blanco y remueve para que se mezcle, dando vueltas a la sartén agarrando por el mango.
7. Añade un vaso de agua y corrige al gusto, según la densidad que quieras que tenga la salsa.
8. Cuando se mezcle añade las almejas y el perejil bien picado. Prueba la salsa y corrige de sal.
9. Espera a que la salsa empiece a burbujear. En ese momento pon la tapa a la sartén y cocina 4 o 5 minutos más. Deberían estar perfectamente abiertas y listas para servir.