1. Pon el bacalao a remojo unas 30 horas con tres cambios de agua. Desescama y quita las espinas en el segundo remojo.
2. Fríe los ajos en el aceite a fuego lento. Sácalos una vez dorados y deja enfriar el aceite.
3. Saca las tajadas del agua y seca bien con un paño, coloca en la cazuela de barro con la piel hacia arriba y menea en frío, dejando reposar unos diez minutos.
4. Pon la cazuela a fuego lento hasta que pil-pilee un poco. Saca y deja reposar. Cuando el aceite esté templado, vuelve a poner al fuego y así dos o tres veces más.
5. Una vez el tenedor entra sin forzar en las tajadas, ya se puede menear la cazuela en sentido giratorio para empezar a sacar la gelatina.
6. Para acabar de sacar la gelatina, vuelve a poner la cazuela al fuego hasta que pil-pilee y saca. Deja reposar un poco y menea.
💡 Cuanto más se tarde en sacar la gelatina, mejor sabor cogerá el bacalao y la salsa.